La metodología Problem-Based Learning (PBL) o aprendizaje
basado en la resolución de problemas quiere que los alumnos solucionen
situaciones de la vida real con sus propias estrategias través del
conocimiento, la investigación y la reflexión.
El Aprendizaje Basado en la Resolución de Problemas (ABP) es una
metodología que utilizan los centros educativos que dan un giro al clásico proceso de aprendizaje de las
aulas: con ella se plantea a los escolares un problema o una situación que debe resolverse, y para ello
necesitan recabar la mayor cantidad de información posible para dar con la
respuesta correcta.
Dentro de este
contexto, la metodología ABP fomenta el trabajo en equipo y
los alumnos trabajan de manera cooperativa para que juntos alcancen el objetivo
final. Es habitual, además, que los docentes se conviertan en guías y
planteen a los estudiantes una serie de retos que, si son superados con éxito,
les son útiles para su fin. Junto a la capacidad para resolver problemas, el
ABP potencia
habilidades y destrezas claves para la vida adulta como la
toma de decisiones y una mejor capacidad de investigación y de comunicación.
¿Qué pasos hay que
dar para llevar a cabo una implantación con éxito? Planificación,
organización de los grupos, lluvia de ideas o formulación de los objetivos de
aprendizaje son algunos de
ellos, tal y como recoge aula Planeta en su decálogo.
1. Planificación
Definir los objetivos y las competencias que deben
adquirir los alumnos, elegir el problema de la vida real en el que basarse para
llevarlo a cabo y establecer el tiempo de entrega y los criterios de
evaluación.
2. Organización de los grupos
El siguiente paso consiste en dividir a los alumnos
en equipos de 5 a 8 personas, asignando los papeles de moderador y secretario a
dos de los integrantes del grupo.
3. Presentación del problema y aclaración de
términos
El docente plantea el problema a los alumnos y
resuelve cualquier duda que puedan tener. Además, les indica el tiempo de
entrega y los criterios de evaluación.
4. Definición del problema
Los equipos dialogan para identificar el problema,
mientras el profesor adquiere el rol de tutor o guía.
5. Lluvia de ideas
Cada alumno expone sus conocimientos sobre el caso,
anotando y respetando todas las ideas para su posterior evaluación.
6. Planteamiento de respuestas e hipótesis
Una vez estructurado el problema, los
estudiantes deben exponer los conocimientos adquiridos en clase, relacionar
ideas y plantear posibles respuestas, dando su opinión de forma ordenada. En
este punto, el docente debe cuestionar las propuestas para que sus alumnos
puedan descartar las hipótesis fallidas.
7. Formulación de los objetivos de aprendizaje
Durante este diálogo irán surgiendo conceptos y
dilemas que los alumnos serán incapaces de resolver. Es en este momento cuando
deben formularse los objetivos de aprendizaje y definir las estrategias. El
profesor, en todo momento, debe mantener su papel de guía y animarlos a ser
creativos.
8. Investigación
A través de libros, revistas, diarios, páginas de
Internet, entrevistas a expertos, experimentos o la realización de estudios de
campo y maquetas, los alumnos adquirirán los datos y conocimientos necesarios
para afrontar el problema.
9. Síntesis y presentación
Ponen en común la información recopilada, la
sintetizan y desarrollan una respuesta al problema en el formato que consideren
más adecuado. Después, se presenta la solución ante el resto de la clase.
10. Evaluación y autoevaluación
El docente evaluará el trabajo de los alumnos y los
animará a evaluarse tanto a ellos mismos como a sus compañeros, lo que les
ayudará a desarrollar un espíritu de autocrítica.
Fuente: Eduación3.0