La pandemia que actualmente
padece gran parte de la humanidad representa nuestro mayor desafío desde la II Guerra
Mundial. Evidentemente se está luchando a nivel médico pero tal vez se está
registrando otra verdadera guerra global totalmente novedosa: la guerra por el
relato. Por un lado, está el gobierno chino insistiendo en una historia
relacionada con una transición natural –y, por tanto, sin culpa para ellos– entre
murciélagos y humanos con ribetes rocambolescos, mientras oculta
sistemáticamente la información. Por el otro lado, países como Estados Unidos,
Francia, Inglaterra, Alemania, Australia –y la lista se va alargando– que no creen
esta versión oficial amparada insólitamente por la Organización Mundial de la
Salud y esperan que China asuma su responsabilidad, cualquiera sea ella. Como
quiera que sea, el relato es fundamental y el engaño más o menos descarado parece
haberse apoderado del discurso público.