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Cuáles son las dificultades para leer diferentes tipos de texto en escolares que culminan la primaria?



La mayoría de los estudiantes al finalizar la primaria no alcanza los aprendizajes esperados para el nivel. El primer paso para revertir esta situación es identificar cuáles son las principales dificultades que tienen los estudiantes para que los docentes puedan replantear sus prácticas pedagógicas.

En las páginas anteriores de este informe, se han presentado los resultados de los estudiantes de sexto grado de primaria del país en la evaluación de Lectura. Estos resultados muestran que la mayoría de los niños no logra los aprendizajes esperados para el fin del quinto ciclo. Es necesario, entonces, conocer cuáles son las dificultades que los estudiantes presentaron, porque esto permitirá al docente una actuación pedagógica más adecuada y eficiente para enfrentar el reto de mejorar los logros de aprendizaje de sus estudiantes. 

Se explican a continuación las principales dificultades de los niños en tres aspectos: 

  • Lectura de diversos tipos de textos 
  • Elaboración de deducciones o inferencias 
  • Reflexión sobre el texto y evaluación de su forma y de su contenido


La lectura es un proceso sumamente complejo y puede abordarse desde distintos puntos de vista. Por tanto, la explicación sobre cómo un estudiante resuelve las tareas planteadas en la prueba y sobre cuáles son las dificultades que enfrenta al momento de resolverlas podría formularse de diferente manera. En este informe, se ha adoptado el modelo interactivo de Rumerlhart y McClelland (1981), explicado en el capítulo 1. Además, se ha considerado cómo son los textos que el niño leyó, qué capacidades desplegó al leer y qué prácticas pedagógicas de la escuela podrían originar las dificultades detectadas. Esta explicación podría permitirle al docente identificar algunas falencias en la enseñanza, analizar por qué un niño acertó o falló al responder una pregunta, así como llegar a conclusiones y propuestas pedagógicas para mejorar el aprendizaje.  

3.1 Dificultades para leer diferentes tipos de texto
En la prueba, se utilizó textos de diferente tipo (narrativo, descriptivo, argumentativo, expositivo e instructivo) y de diferente género discursivo (cuento, historieta, artículo de opinión, afiche, infografía, manual de uso, etc.), así como de diferente formato (continuo, discontinuo, mixto y múltiple). Esto se debe a que se espera que la escuela cumpla la misión de ofrecer a los estudiantes toda la variedad textual existente en la sociedad.

3.2 Dificultades para deducir el tema central de un texto
Al escribir, el autor piensa cuál es la información que considera principal, cómo la va a desarrollar y elige una serie de recursos para mostrar ese desarrollo. Las señales pueden ser muy claras, como los titulares de una noticia o el título y los subtítulos de una descripción. Pero también, pueden estar sugeridas de diferente manera; por ejemplo, el autor de un cuento puede colocar como título “Los amigos”, pero la información principal puede consistir en la enemistad entre dos personajes. Enseñar a leer es, entre otras cosas, enseñar a reconocer qué información principal quiere transmitir el autor en el texto y cómo lo hace. 

En la prueba, las preguntas que indagan si el niño comprende el tema central son: “¿De qué trata principalmente este texto?” o “¿Cuál es el título más adecuado para el texto?”. Estas preguntas se plantearon en los textos descriptivos, expositivos y argumentativos. 

La construcción del tema puede verse facilitada cuando el autor explicita lo principal al inicio del texto, en lo que se llama “oración temática”. En otros casos, el tema no está explícito y el estudiante debe realizar un esfuerzo mayor para construirlo integrando diversos subtemas desarrollados en el texto. Además, para construir el tema central, se debe jerarquizar la información y descartar aquella que el autor consideró secundaria. 

En el proceso de jerarquización, pueden presentarse dificultades en una operación: diferenciar la información importante de la información secundaria. Es decir, algunos niños podrían tomar como información principal un ejemplo que les resulta curioso porque aporta detalles muy específicos, pero que no es el tema central desde el punto de vista del autor y las convenciones sobre “lo principal” que siguen los buenos lectores. Esta falla podría deberse, en parte, a que no perciben las señales que el autor proporciona para hacer notar la importancia de una idea (palabras y frases que se refirieren al tema, repeticiones, orden de las palabras, tipo y tamaño de letras, enumeraciones, etc.) o a que, si las perciben, no interpretan esas señales como una guía para notar que una idea es importante.

Por otra parte, algunos niños aplican de manera inflexible sus hipótesis de lectura iniciales. Los niños que proceden de esta manera toman como tema central una o más de las primeras oraciones del texto e interpretan el resto de la información basándose solo en esta primera oración. Esto quiere decir que mantienen su hipótesis de lectura inicial, a pesar de que el texto vaya proporcionándoles nueva información que no apoya esa hipótesis que se formularon. Esto significa que los niños no son capaces de “acomodar” sus hipótesis iniciales a la información que el texto brinda. Esta forma inadecuada de leer es reforzada en muchos casos por ciertas prácticas de la escuela. Algunos docentes enseñan que el tema central siempre es la primera idea del texto, porque en muchos casos (noticias, recetas, capítulos de manuales escolares) los autores colocan allí la información principal, sin embargo, las excepciones son muy numerosas. 


3.3 Dificultades para deducir la enseñanza de una narración

A lo largo de la historia, la sociedad ha buscado diferentes formas de enseñar o de “moralizar” a sus miembros. La literatura y, en especial, algunos géneros narrativos están entre las formas que han servido para estos propósitos. La fábula, por ejemplo, ha usado la ficción tanto para entretener como para instruir, informar o “mejorar” moralmente a las personas con los criterios vigentes en la época de su producción. Asimismo, se podría encontrar en el cuento tradicional popular un afán moralizador o didáctico: “no desobedezcas a tus padres” es una enseñanza recurrente en ese género. Aunque posteriormente la literatura tendió a abandonar ese propósito y se centró en la creación de una forma de arte, una de las diferentes interpretaciones posibles de los textos narrativos consiste en encontrar una o más “enseñanzas” o “consejos”. La práctica de promover este tipo de búsquedas es todavía fuerte en la escuela. 

Deducir la “enseñanza” de una narración generalmente supone hacer una inferencia global; es decir, abarca la totalidad del texto. Para realizar esta tarea, el estudiante debe formularse una hipótesis sobre cuál es la enseñanza, contrastarla con la información del texto, identificar las pistas que fundamenten esta hipótesis, integrarlas e interpretarlas en el marco del conjunto de los hechos narrados. 

Una dificultad habitual en los niños es interpretar la “enseñanza” a partir de hechos locales, en vez de buscar soporte a sus hipótesis en todo el relato. En otras ocasiones, el estudiante interpreta las pistas solo considerando su saber previo. Conocer estas dificultades puede ser útil para repensar estrategias de enseñanza. 

3.4. Dificultades para reconstruir relaciones lógicas entre las ideas del texto
Cuando un escritor produce un texto, teje una red de ideas para construir su significado. Al hacerlo, establece diferentes tipos de relaciones lógicas entre las ideas. En algunas ocasiones, explicita esa relación mediante un conector, por ejemplo. En otras, espera que el lector pueda reconstruirla a partir de las pistas que deja. En ocasiones la relación lógica se da entre dos oraciones puntuales; en otras, podría abarcar porciones más amplias del texto como dos párrafos, o todo un conjunto de párrafos (que podrían explicar un problema, por ejemplo) y un párrafo en particular (que podría plantear la solución a ese problema, por ejemplo). En la prueba, se plantean preguntas que requieren que el estudiante reconstruya relaciones lógicas de causa-efecto, de problema-solución y de finalidad. 

Para resolver este tipo de preguntas, el niño se formula una hipótesis sobre la posible causa, consecuencia, solución o finalidad de un hecho, según sea el caso. Luego, debe contrastar esta hipótesis con la información disponible en el texto. Al hacerlo, debe encontrar la información que le permita reforzar su hipótesis y descartar otras hipótesis que no son concordantes con ella. El niño reconoce como causa, consecuencia, solución o finalidad de un hecho aquella hipótesis sobre la cual logre encontrar más pistas que la sustenten. 

En algunas ocasiones, las pistas están en dos oraciones contiguas, es decir, una al lado de la otra. En otras, están en dos oraciones distantes entre sí. Asimismo, las pistas podrían estar distribuidas en porciones amplias del texto o a lo largo de este, lo cual es muy frecuente en las secuencias explicativas de causaefecto, por ejemplo. Esta última situación descrita plantea al estudiante el reto de reconstruir el conjunto de relaciones lógicas que se establecen entre las diferentes pistas que encuentra. Probablemente, para algunos estudiantes esto dificultaría la comprensión de las relaciones entre las ideas del texto. 

La distancia entre las ideas podría ser una de las principales dificultades que tienen los estudiantes para construir relaciones lógicas. Si las dos ideas entre las que se establece este tipo de relación están próximas, se facilita que puedan ser recordadas por el lector mientras lee; entonces, la relación se establece sin mayor dificultad. En cambio, cuando las ideas están distantes, la inferencia no siempre puede realizarse, porque el lector no sería capaz de recordar estas ideas entre las que debe establecerse la relación lógica. Esto implicaría releer y analizar lo leído.

3.5. Dificultades para deducir el significado de palabras y de expresiones por el contexto
En un texto, una palabra nunca aparece sola, sino que está necesariamente enlazada con otras con las cuales forma una red de significados. Por lo tanto, el significado de una palabra en un texto está estrechamente relacionado con la información que este proporciona en otras partes. 

Un buen lector debe ser capaz de descubrir o deducir el significado de una palabra a partir de la información que aparece en el texto. Para ello, debe analizar el contexto y recoger las pistas entregadas. Asimismo, es necesario que relacione la palabra en cuestión con información relevante del texto que permita deducir el significado. 

Precisamente, la mayor dificultad que tienen algunos estudiantes en la deducción del significado radicaría en establecer esta relación entre las pistas encontradas y la palabra desconocida. Al parecer, el hecho de tener que recordar varias oraciones que forman parte del contexto de la palabra en cuestión resulta bastante difícil para algunos estudiantes. A continuación, se presenta un ejemplo en el que podemos observar los logros de los niños al deducir significados y las dificultades que tuvieron.

3.6. Dificultades para reflexionar sobre el texto y evaluar su contenido
La lectura crítica es una capacidad de atención prioritaria en el contexto educativo actual para favorecer la formación de personas reflexivas, cuestionadoras y con autonomía de pensamiento. Personas capaces de interpretar valores dominantes, identificar puntos de vista y desentrañar intencionalidades, imaginarios e ideologías que subyacen en la diversidad de textos que circulan en la vida social. 

En ese sentido, leer es también enjuiciar los textos, tomar postura sobre su contenido, así como sobre la ideología, los valores y las intencionalidades que subyacen a las ideas que transmiten. Asimismo, leer es tener la capacidad de elegir entre varias fuentes según la fiabilidad y validez de la información que contienen; leer es evaluar la validez y efectividad de los recursos que utiliza un escritor para explicar un tema o para persuadirnos de que su opinión es válida. 

Para resolver tareas relacionadas con la reflexión y evaluación, a nivel de sexto grado, el estudiante debe identificar con claridad el tema o aspecto sobre el cual se le pide opinar. Además, debe tomar postura respecto del tema en cuestión, emitir su opinión y justificarla con argumentos consistentes que provienen del texto o de su saber previo. Precisamente, la elaboración de argumentos consistentes con la tarea y con el contenido del texto constituye una de las mayores dificultades de este tipo de pregunta. Se sabe que la escuela no siempre favorece la criticidad. Así, parte de la dificultad observada en este tipo de tareas podría deberse a que no se dan las oportunidades de aprendizaje necesarias a los niños.

3.7. Dificultades para reflexionar sobre el texto y evaluar su forma
Los escritores usan diferentes recursos formales (tipográficos, retóricos, ortográficos) con la finalidad de dejar evidencia de la importancia que dan a una parte del texto, llamar la atención del lector y guiarlo en la lectura, así como para enfatizar ciertos significados importantes según los propósitos que persiguen. Reflexionar sobre el uso de estos recursos formales y sobre la efectividad de su uso constituye parte de la capacidad crítica que los estudiantes deben desarrollar para ser lectores competentes. 

Para resolver este tipo de tarea, los estudiantes deben identificar el recurso formal, recoger las pistas del contexto e interpretar el uso del recurso según la intencionalidad que este tenga.

Fuente: Oficina de medición de la calidad de los aprendizajes. 
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