Se
trata de partículas virales que vienen integradas en nuestro genoma. Lo
riesgoso es que podrían desencadenar enfermedades.
Un
reciente estudio, publicado el 11 de julio pasado en “Frontiers in Genetics”,
hace una revisión del papel que tendrían los retrovirus endógenos humanos
(HERV, por sus siglas en inglés) en el desarrollo de una serie de enfermedades
crónicas de causa desconocida, tales como la esclerosis múltiple, la esclerosis
lateral amiotrófica, el cáncer y la esquizofrenia.
La
revisión de lo que son los HERV nos lleva al fascinante mundo del genoma, del
‘ADN basura’ y de los virus fósiles.
Un
reciente estudio, publicado el 11 de julio pasado en “Frontiers in Genetics”,
hace una revisión del papel que tendrían los retrovirus endógenos humanos
(HERV, por sus siglas en inglés) en el desarrollo de una serie de enfermedades
crónicas de causa desconocida, tales como la esclerosis múltiple, la esclerosis
lateral amiotrófica, el cáncer y la esquizofrenia.
La
revisión de lo que son los HERV nos lleva al fascinante mundo del genoma, del
‘ADN basura’ y de los virus fósiles. Veamos.
-[¿Desde
cuándo la obesidad se ha vuelto un problema?]
-[La
preocupante cifra de muertes por accidentes de tránsito en el Perú y sus
principales causas]
—El
genoma y el ‘ADN basura’—
El
genoma del ser humano está compuesto por 46 cromosomas, 23 provenientes del
padre y 23 de la madre. Estos contienen aproximadamente 20.000 a 25.000 genes,
los cuales ejercen su función sintetizando o fabricando sustancias químicas
llamadas proteínas, las cuales actúan a diversos niveles del organismo. Además,
esos genes contienen la información genética que heredamos de nuestros
progenitores, como las características físicas, intelectuales y la
susceptibilidad a las enfermedades.
Cuando
se descubrió el ADN en los años 50, se pensó que todo el genoma era
funcionante, es decir, capaz de sintetizar proteínas y por tanto afectar la
función del organismo. Sin embargo, en la década del 70, se descubrió –para la
sorpresa de los científicos– que solo el 2% del genoma podía sintetizar
proteínas, y un 8% adicional era de alguna manera funcionante.
Eso
significa que solo el 10% del genoma es funcionante y un increíble 90% no lo
es. Al desconocerse la función de ese 90% de ADN, aquel material fue bautizado
con el despectivo término de ‘ADN basura’, pensándose que está compuesto de
genes antiguos que han perdido su función, cadenas repetitivas de ADN cuyo
propósito no se entiende, y varios otros elementos repetibles reconocibles.
—Virus
fósiles—
Lo
fascinante es que en los últimos años se ha descubierto que dentro de ese ‘ADN
basura’ se encuentran miles de pedazos de retrovirus. No son otra cosa que
secuencias incompletas de material genético perteneciente a retrovirus que
fueron adquiridos durante la evolución por los genomas de nuestros antepasados
hace miles o millones de años, y que se han ido heredando progresivamente a
través de los tiempos.
Esos
antiguos retrovirus, bautizados como virus fósiles, fueron descubiertos en
1981, y son los llamados HERV o retrovirus endógenos humanos, los cuales están
en nuestro genoma desde el momento de la concepción.
En
otras palabras, cuando el espermatozoide del padre fecunda el óvulo de la
madre, además de formar el genoma funcionante –combinando los 23 cromosomas de
cada progenitor– forma también el genoma no funcionante o ‘ADN basura’,
habiéndose contado –hasta ahora– 450.000 fragmentos en 3.173 secuencias y 39
grupos de retrovirus que se han venido arrastrando desde el comienzo de los
tiempos. Se calcula que el 8% del genoma no funcionante está compuesto por esos
HERV; entonces, se puede decir que nacemos con un 8% de partículas virales en
nuestros genomas.
Las
investigaciones han mostrado que los HERV se integraron –durante la evolución–
al genoma de los seres vivos desde hace millones de años. Los más antiguos,
llamados HERV-L, lo hicieron 100 a 150 millones de años atrás. Posteriormente,
los HERV-K antiguos se integraron hace 55 millones, los HERV-W hace 25
millones, los HERV-Fc hace 20 millones y los HERV-K modernos, hace solo 670.000
años atrás. La mayor parte de HERV se integraron durante la evolución de los
primates.
Es
muy interesante que, al ser retrovirus, estos virus se replican al revés –de
ahí el nombre retro–. Gracias a una enzima llamada transcriptasa inversa, los
retrovirus, son capaces de formar ADN a partir de su propio ARN. Algunos
ejemplos de retrovirus son el VIH y el HTLV.
—Enfermedades
causadas por los HERV—
Al
principio, tomada como una hipótesis extravagante, la posibilidad de que los
retrovirus endógenos humanos del ‘ADN basura’ puedan causar enfermedad está
tomando cuerpo en los últimos años. Las enfermedades que podrían estar
relacionadas a los HERV son: esclerosis múltiple, esclerosis lateral
amiotrófica, esquizofrenia, trastorno bipolar, ciertos tipos de artritis,
cáncer, diabetes tipo 1, lupus eritematoso sistémico, seminoma, melanoma
maligno, preeclampsia, azoospermia (falta de espermatozoides) y adicción a
drogas.
Las
investigaciones han demostrado que cuanto más modernos los HERV, más es su
capacidad de causar enfermedad.
Una
de esas modernas partículas es el HML- 2 (human mouse mammary tumor virus
like-2), que se encuentra en el 30% de los pacientes con esclerosis lateral
amiotrófica y que ha logrado ser reconstruido en el laboratorio (partícula
fénix).
Con
respecto a la esclerosis múltiple –enfermedad crónica que destruye la mielina o
cubierta de los nervios, causando fatales parálisis– se ha visto que una
partícula llamada MSRV (múltiple sclerosis associated retrovirus) está presente
en los nervios y el líquido céfalorraquídeo de pacientes con la enfermedad.
Es
más, ya han empezado algunos estudios clínicos que tratan de modificar la
estructura del genoma para usar los HERV en el tratamiento del cáncer.
Investigadores de la Universidad George Washington están tratando de mejorar
los tratamientos de inmunoterapia, cambiando el ambiente alrededor de los genes
HERV de células cancerosas de ovario en ratones.
En
los experimentos, el sistema inmune reconoció a las células cancerosas con el
retrovirus HERV alterado y las destruyó.
—Corolario—
Es
impresionante pensar que los seres vivos nacemos con una biblioteca de todos
los retrovirus que adquirieron nuestros antepasados a través de la evolución.
Pero es más impresionante saber que estos libros –algunos enteros, otros con
algunos capítulos y otros con solo unos párrafos– pueden causar enfermedad.
Parece que, como en la película, el enemigo está dentro de uno.
Por:
Dr. Elmer Huerta.