La Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid ha
presentado recientemente un nuevo concepto de enseñanza: la Hiperaula, donde la
tecnología forma parte de la metodología y los espacios se adaptan a las
necesidades del alumnado y de los docentes.
El espacio de trabajo es importante en cualquier
actividad que se realiza, algo que por supuesto también se aplica a las aulas
de los centros educativos. Su distribución, la disposición del mobiliario, los
colores y tonalidades, y contar con las herramientas necesarias para desempeñar
nuestra labor son esenciales para ejecutarla correctamente.
Y es que la innovación educativa ha de ir
acompañada de espacios acordes a ella. En la Universidad Complutense de Madrid
(UCM) acaba de inaugurarse la Hiperaulas, un lugar dedicado a la formación de
formadores. El propósito es que los futuros docentes aprendan a integrar la
tecnología en los procesos de enseñanza-aprendizaje de manera natural y en
espacios acordes a ello.
“Con la Hiperaulas tenemos como objetivo que los
futuros profesionales de la educación se acostumbren a trabajar en las nuevas
formas de entender y estructurar los espacios educativos que se están
promoviendo en los centros escolares”, afirma Gonzalo Jover, decano de la
Facultad de Educación de la UCM. “También pretendemos que nuestros estudiantes
aprendan a investigar las posibilidades que ofrecen estos nuevos espacios para
que sean dinamizadores del cambio”.
Un espacio
flexible
El encargado del diseño ha sido el catedrático de
sociología de la UCM, Mariano Fernández Enguita. La idea es acabar con la
manera en la que tradicionalmente se estructura un aula: el profesor sobre una
tarima al frente del alumnado al que imparte la lección. Una organización que
hace mucho tiempo que está obsoleta.
El propio Fernández Enguita, también coordinador
del Doctorado en Educación y docente del Máster del Profesorado de Secundaria,
define la hiperaula como “una propuesta de romper con el espacio y el tiempo
heredados, con el aula y la lección tradicionales, explorando nuevas formas de
organización del tiempo y las coordenadas del aprendizaje en la clase-aula y
fuera de ellas. Algo que hoy permiten la ruptura de los muros externos, al
alcance de la tecnología, y de los internos, al alcance de la innovación”.
En la de la UCM se impartirán las asignaturas
ordinarias de los planes de estudios, equipada con dispositivos portátiles que
facilitan la movilidad por el aula, así como tecnología de realidad virtual,
espacios ‘maker’ y laboratorios de diseño. En concreto, el alumnado de la
Hiperaula tendrá acceso a dispositivos portátiles de HP que permitirán su
movilidad, tecnología de Realidad Virtual o estaciones HP Sprout gracias a las
que es posible capturar objetos en 2D y 3D e integrar los mundos físico y
digital.
Junto a este equipamiento se ha trabajado por crear
un espacio más amplio, flexible, movible y personalizable, que se adapte a las
necesidades que se requieran en cada momento. La característica más obvia de
las hiperaulas son sus dimensiones con el objetivo de adaptarla al uso que se
le vaya a dar, ya sea para un grupo o de forma individual.
El nuevo
papel del docente
Esta renovación de los espacios ha de ir acompañada
de un cambio en las metodologías pedagógicas de los docentes. “El profesor ya
no está solo sino que es parte de un equipo de dos –raramente–, tres –lo más
habitual–, cuatro o más profesores que comparten espacio y grupo, preparan la
docencia en colaboración, se reparten las tareas, combinan y simultanean la
atención colectiva e individual, aprenden los unos de los otros, pueden
combinar especialidades distintas y fortalezas complementarias, se benefician
de una actividad más acompañada y relajada, etc.”, explica Fernández Enguita.
En ella las herramientas digitales no son sólo un
complemento, sino las que crean el entorno que permite saltar de la lección
impartida de un modo convencional al trabajo autónomo, colaborativo y en red.
Durante el próximo curso 2019-2010 se espera formar en las Hiperaulas a
alrededor de 600 estudiantes de Grado (Educación Infantil, Educación Primaria,
Pedagogía y Educación Social) y 200 del Máster en Formación del Profesorado de
Educación Secundaria.