Los pequeños deben tener una mirada lógica de la vida para poder solucionar problemas cotidianos, recuerda que no todo se trata de obtener buenas calificaciones.
a curiosidad científica va más allá que los números o la geometría. Se relaciona, de hecho, con la capacidad para ser independiente, poder resolver los problemas del día a día, adaptarse a nuevas situaciones y solucionar retos.
Una mirada lógica avanzada apoya a los pequeños a hallar relaciones entre los hechos, las ideas o las causas y los efectos. Según el portal ‘Aula Planeta’, con este tipo de curiosidad, los niños desarrollan varios beneficios:
- Incrementarán su razonamiento y su destreza para pasar de nociones básicas a más complicadas.
- Ensayarán la construcción de su propio aprendizaje.
- Ejercitarán su capacidad deductiva y aprenderán a crear estrategias y soluciones propias.
Mejorarán su relación con el mundo físico y la percepción de las formas, los espacios, las partes y el todo.
¿Cómo podemos ayudar a que nuestro pequeño tenga curiosidad por la ciencia? Estos son algunos consejos:
1. Estimúlalo. Aliéntalo a que investigue, que ansíe entender cómo es que los objetos que utiliza diariamente funcionan, podría hacer pequeños test de “prueba” y “error”. Imprescindible, sobre todo, que cuando el niño es pequeño pueda manipular lo que tiene alrededor como los juguetes o su ropa. Mediante el tacto o la vista los podrá comparar, formará relaciones geométricas entre forma y tamaño y relacionará sus características y funciones.
2. Deja que lo intente. Otórgale espacio para que trate de solucionar de forma autónoma y según lo que él cree, los problemas que brotan de acuerdo a alguna experiencia. Por supuesto, siempre con tu supervisión. Podrás aconsejarle pero él ya se habrá enfrentado a varias situaciones.
3. Dirige sutilmente su aprendizaje. Si ves que se está complicando porque no puede resolver algo, no le des la respuesta. Intenta darle algunas pistas o preguntas para que pueda encontrar la solución por él mismo.
4. Usa el juego y la imaginación. Plantea desafíos cotidianos para que pueda deducirlos. Anda más allá y pídele que invente objetos del futuro o comienza una historia y haz que él la termine. Que siempre piense en los personajes y cómo estos actuarían.
Si no es un pequeño naturalmente curioso, puedes despertar su interés haciendo que cuestione los parámetros del mundo en el que vive y alentándole a que intente encontrar una explicación a lo que no comprende.
Aliéntalo a que investigue, que ansíe entender cómo es que los objetos que utiliza diariamente funcionan. | Fuente: www.shutterstock.com